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El mejor comic del mundo
Tras esta sucesión algo caótica y convencional de conceptos justo sería desarrollar en profundidad el objeto del presente texto, para reafirmar mi subjetiva idea de que Príncipe Valiente es el mejor comic jamás realizado. Y es el mejor porque es un relato en toda la extensión de la palabra. Así de sencillo. Vayamos por partes. Si el dibujo es el emblema fundamental de un comic, los de Príncipe Valiente son algo especial en su realismo, casi con tendencia a la estampilla, de una pulcritud de orfebre, que los críticos definen como viñeta-secuencia, pero que en su efectividad hace avanzar la narración. La enorme belleza de las viñetas se basa en una prodigiosa composición y un cuidado detalle en los fondos con paisajes naturales y fondos arquitectónicos que van mejorando en cuanto la narración se hace más realista. Hay una cuidada documentación, aunque el maestro Foster, se toma grandes libertades creativas en la ambientación, sobre todo en lo referente a barcos, armaduras y paisaje arquitectónico. Así por ejemplo, cuando nuestro protagonista viaja a Tierra Santa, la mezquita de Omar tiene el aspecto que tenía en el s. XIX, y que todavía no existía en el hipotético s. V o VI que transcurre la acción. (Ni siquiera se había fundado el Islam). El dibujo también se beneficia de una unidad de estilo única pues Hal Foster apenas si tuvo ayudantes en los primeros 12 o 15 años de su obra, con lo que se recalca el inmenso valor de su obra y certifica el inmenso cariño en su realización. Pero si el dibujo pese a sus licencias roza lo sublime, no lo es menos el guión, de textos elegantes, lineales y poéticos, con descripciones y diálogos que pese a su escasez están muy conseguidos. Hay un magnífico estudio de personajes que incluye a los protagonistas, y en donde la historia-río fluye como en la película homónima de Jean Renoir. Los personajes van creciendo, madurando y envejeciendo con el pausado fluir del río de la historia narrada por Foster, y siempre, tras un invierno llega la primavera. Los personajes están libres del maniqueísmo tan típico de las narraciones anglosajonas, y son capaces de las más altruistas acciones, así como de los más prosaicos e incluso ruines actos.
Y todavía faltan por reseñar dos aspectos que si cabe mejoran y dan categoría de clásico a este comic único. En primer lugar la importancia del paisaje en sus aspectos de naturaleza, biología, climatología y ecología, apareciendo como un personaje más, a veces ominoso y temible y en otras ocasiones como un compañero amable y jovial, pero siempre mostrándose en toda su grandeza. Si los incendios son terribles, no es menos cierto que los ríos trucheros son apacibles y generosos. Tras las grandes rompientes de un abrupto paisaje costero, se suele esconder una tierra pródiga y feraz, y así sucesivamente. En segundo lugar, el tratamiento que da Foster a los personajes femeninos es muy avanzado para su época, eludiendo retratos de frágiles matronas para sustituirlos por composiciones femeninas que intervienen de manera trascendente en el relato, reinas con carácter, malvadas temibles, brujas inteligentísimas y personajes en general positivos, que no se arredran ante la autoridad masculina. En muchos aspectos recuerdan los personajes femeninos de H. Hawks, aunque justo sea decirlo no llegan al tratamiento que les da este, ni tampoco al de sus magníficos contemporáneos Caniff y Eisner. En conclusión, Príncipe Valiente, contiene todos los elementos que hacen de un comic algo que trascienda. Relato, texto, dibujo, estudio de personajes, ideología escasez de ayudantes y coloristas, son los ingredientes que hacen que la plástica y el relato, confluyan como no se habían visto en los comics, para converger en un punto máximo de calidad, que lo hace único. Los otros grandes comics citados, son eso, grandes comics. Teniente Blueberry es un prodigio de dibujos y narración, pero su personaje central es más plano. Corto Maltés es el comic en estado puro, como John Ford es el cine en el mismo estado, aunque la presencia de ayudantes, y el factor dinero se notan demasiado pronto, a partir del segundo relato largo, por lo que se aprecia el aspecto mercantilista de la obra. Spirit y Eisner en general logran esa naturalidad en una obra, pero el resultado siempre es más escaso, y menos comprometido. Nadie dibuja figuras humanas como Raymond, pero los guiones son muy pedestres. Tintin y Asterix son grandes obras, pero sus albumes son demasiado independientes y aislados. Y ningún comic-book llega a tan altas cotas de magistralidad, porque no llega a canalizar la obra en un canal lo suficientemente independiente y libre de presiones. En suma Príncipe Valiente permanece como, sino la obra más digna y pura que el arte de los comics ha dado, sí como la más honrada, y a la larga más profunda por su carácter eminentemente artesano y orfebrístico, que el tiempo ha valorado al alza y que algunos aficionados la subieron al pedestal de las grandes obras. Aunque suene como algo ingenuo, el tiempo puede convertir la artesanía en arte. Príncipe Valiente lo sabe, y el que firma estas líneas, le da la razón.
Eduardo Martínez-Pinna Vallejo. Descripción del artículo: Es una defensa vehemente y apasionada del mencionado comic de Hal Foster, siempre dentro de una opinión subjetiva. Si lo deseas puedes leer aquí un extenso artículo sobre Harold Foster escrito también por Eduardo Martínez-Pinna Vallejo con valiosos datos sobre Tarzan y otros clásicos del comic mundial.
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