En estos días de precocidad, cuando cada madre cree ver en los gritos de su bebé la señal distintiva de un gran cantante, es corriente que los padres alienten a sus hijos si tienen disposición a cualquier tipo de arte. Pero hace treinta y ocho. años, cuando Alex nació en Nueva Rochelle, N. Y., lo general era que los padres dieran una bofetada a su hijo pródigo y le enviaran a, ordeñar vacas.
Eso pasó, con muchos genios en ciernes, y por supuesto, muchos de nuestros principales artistas tuvieron que vencer la dificultad de las objeciones de sus padres. Pero Alex tuvo suerte. Se ganó la admiración de su padre, con su primer dibujo a la edad de ocho años, y no recibió más que elogios y aliento en estos años de formación, hasta que el señor Raymond murió cuando Alex tenía doce años.
“Debo decir que el estímulo de mi padre fué el factor principal que contribuyó a que hiciera del arte mi carrera”, cuenta el dotado creador de la nueva página de aventuras de King Features Syndicate, Rip Kirby. “De hecho, tenía una de las paredes de su oficina en el Woolworth Buillding
llena de dibujos míos.
“Lo más maravilloso, creo, era el hecho de que él era ingeniero civil y constructor de carreteras, y tenía una mente decididamente ciéntifica, tan opuesta a la artística. Pero tenía la amplitud de cerebro necesaria para ver más allá de sus propios asuntos, para darse cuenta de que el arte también podía ser una carrera que mereciera la pena.
La carrera de Alex, sin embargo, se vio cortada temporalmente después de la muerte de su padre cuando el artista en embrión empezó a sentir que tal vez no había un futuro práctico en ella. Pasó a Iona Prep en Nueva Rochelle con una beca atlética, entrando a formar parte de un equipo de baseball y jugando de medio en el equipo de fútbol que ganó el campeonato escolar católico del estado de Nueva York, luego pasó con una beca de fútbol a Notre Dame y más tarde a Wall Street.
Pero pronto comprendió que aquello no era para él. Así que abandonó su empleo, se matriculó en la Gran Escuela Central de Arte y consiguió un puesto de agente hipotecario. “No era buen vendedor”, cuenta el apuesto artista de las historietas, sonriendo. “Siempre creía tener futuros clientes cuando ellos decían: No”.
Durante todo este tiempo, unos siete u ocho años,
Alex se ocupaba sólo superficialmente de su arte; pero, de pronto, se entregó a él sin reservas, como
su padre había esperado. Se decidió yendo a casa de Russ Westover, una vez habían sido vecinos, y. viendo cuál era su . situación Russ le hizo abandonar su empleo de agente hipotecario, le consiguió un puesto como artista aprendiz en King Features, que dirigía Russ Tille el Trabajador, y le ayudó cuanto pudo.
Trabajó con Chic y Lyman Young por algún tiempo y luego, en 1934, el difunto Joe Connolly, presidente de ‘K. F. S., dió a Raymond la idea para una página dominical en color basada en las fantásticas aventuras semejantes a las de Julio Verne. Este fué Flash Gordon, la famosa historieta de aventuras.
“También hice Jungle Jim,. corno remate a la historieta de Gordon”, dice Alex, “y aproximadamente durante año y medio hice Agente Secreto X-9, pero el esfuerzo era demasiado grande y abandoné este último trabajo”.
Situado confortablemente como uno de los principales artistas de periódicos de la nación, Alex llegó a una crisis en su carrera: o bien seguir siendo un destacado dibujante de historietas o dedicarse a la ilustración de revistas, para lo que había demostrado tener un gran talento. Durante un tiempo estuvo haciendo ambas cosas, pero después de algunos años de haber deliberado, se decidió.
“Llegué a la conclusión honradamente”, cuenta, “de que el trabajo de dibujante de historietas es una forma. del arte en sí misma, refleja la vida y las ocasiones con más exactitud y en realidad es más artístico que la ilustración de revistas, ya que es enteramente creativo. El dibujante comienza su trabajo con una hoja de . papel en blanco y se inventa todo el asunto; es autor dramático, director, editor y artista a la vez”.
Casado el 31 de diciembre de 1961 con Helen Frances Willíams, la novia de sus días de escuela en Nueva Rochelle, Alex tenía cinco niños: Alex tercero, Lynne, Duncan, Judith y Helen, y vivía en una casa en Stamford, Conn., donde estaba su estudio. Jugaba a las carreras de coches, al golf y al bridge, hasta que murió en un accidente automovilístico.
